Soro Zuri. Zapelaitza V

Argiak eta lumak (luces y plumas)

Zapelaitza / Busardo ratonero

   Los días nublados del verano resultan ideales para acudir al hide, a observar la naturaleza en acción, y de paso realizar algunas fotos. Y por aquí, durante ésta época, días tristes no nos faltan. Es muy raro que prevalezca el cielo despejado mas allá de tres jornadas seguidas. 

   Si bien a lo largo del verano la presencia de aves suele ser menor, y la abundancia de comida mayor, permanecer algunas horas en el hide a menudo se revela productivo (desde numerosos puntos de vista). Siempre que previamente hayamos  aportado con regularidad diferentes tipos de alimentos al efecto. Sobre el tema de si hay que continuar llevando comida al comedero una vez acabada la temporada fría, de si es o no contraproducente para los hábitos alimentarios de las distintas especies, un reciente artículo aparecido en una revista, presentaba varias opiniones de expertos, y no eran coincidentes precisamente. Lo que las aves puedan obtener del aporte humano en este caso, tan solo sería una pequeña parte de su habitual dieta. Un animal salvaje no puede depender para su supervivencia de lo poco que pueda pillar en un comedero abastecido de vez en cuando. Ellos necesitan comer a diario y seleccionando diferentes nutrientes de distintos lugares. 

   De todos modos, el terreno donde tengo instalado el hide parece ser un buen lugar para que unas cuantas especies de aves merodeen por allí, ya sea en busca de semillas aportadas por mi, ya sea de paso entre los diferentes ecosistemas de la zona: bosquetes de caducifolios, pastos, árboles frutales y setos variados. Muestra de ello son las dos nuevas especies que me han aparecido frente al escondite: el verdecillo (Serinus serinus) y el verderón común (Chloris chloris). Tan solo a éste último pude hacerle una foto decente. 

   Por lo demás, arrendajos y mirlos continúan siendo habituales. Currucas capirotadas, trepador azul, carbonero común, carbonero palustre, herrerillo común, pinzones y gorriones, también acuden con asiduidad. El papamoscas gris también volvió a aparecer, así como un picapinos despistado. Las cornejas, ruidosas ellas, ya saben donde tienen un punto de aprovisionamiento. Y el ratonero, cuando no hay gato a la vista, baja a por su ración de "calamares".

Zapelaitza / Busardo ratonero

   

Zapelaitza / Busardo ratonero

Zapelaitza / Busardo ratonero

Belebeltzak / Cornejas
-¿Qué, bajamos ya a comer, o le esperamos al jefe?-

Eskinosoa / Arrendajo

Zozoa / Mirlo común

Txolarrea / Gorrión común

Eulitxori grisa / Papamoscas gris

Garrapoa / Trepador azul

Kaskabeltz txikia / Carbonero palustre

Txinbo kaskabeltza / Curruca capirotada
emea / hembra

Txonta / Pinzón común
arra / macho

Txorru arrunta / Verderón común

Madari-katua / Gato inoportuno